Por rutina - y por despertador - me levanto todos los días a las 5:30 am, me pongo la sudadera, salgo a trotar un rato, regreso a mi casa, me preparo un tinto para subir el ánimo y me dispongo a leer el periódico……leo los titulares: “Soldados borrachos matan a seis personas “, “Luis Eladio Pérez cumplió seis años en cautiverio” “Aunque fumigaron, en la Macarena hay coca otra vez” “El Polo pide a Maya revise llamadas de Uribe a candidatos”…..qué vaina. Miro las páginas siguientes..…amenazas de muerte, censura, campos minados, detenciones extrajudiciales, desapariciones, secuestros, prohibiciones, narcotráfico, prostitución, masacres.….paso a los avisos clasificados : “Vea usted con sus propios ojos como atraemos rendido y humillado a sus pies al ser amado, ya. Garantizado.” Me detengo. Pienso. Sigo leyendo. “Teatro Arlequín, encuentro con el Bolero”….falta que me hacía. Al fin algo que justifique el baño, con el berraco frío que hace. Me asomo a la ventana. Va a llover, maldita sea, y ahora, a caminar hasta transmilenio. A pesar de haber llegado hace no se cuantos años de Cartagena a Bogotá, no se porqué motivo la sigo viendo gris aunque no llueva.
Los carros pitan, las motos no me dejan cruzar la calle, me ofrecen una pantera rosa de plástico….hay muchos charcos…..mucha basura, miro al suelo para pisar firme y no mojarme y – es increíble- allí en el piso, al final del pretil, donde el cemento remata con el andén, leo un anuncio que dice: “ACADEMIA BAILES 2550504” . Segundo aviso - pienso.- qué lugar tan triste para anunciar un curso y más si es para aprender a bailar. Y sigo por la calle cien arriba, buscando un lugar donde imprimir mis archivos. Pero los sentidos van haciendo su tarea. Y me pregunto: ¿y el deseo? ¿dónde están el placer y el goce? ¿qué fue del ocio? ¿qué diablos pasó con el erotismo, los besos en la calle, las miradas?. Me detengo. Entro a una cafetería, pido un café. Pienso de nuevo. Los deseos están ahí como una necesidad impostergable, pero sobreviven sólo con una condición: que tengamos el coraje de mantenerlos con vida.
Muriel Angulo
2008